ENTRENAMIENTO DE FUERZA VS ENTRENAMIENTO DE HIPERTROFIA

En este artículo abordaremos de nuevo un reciente estudio publicado en octubre de 2014 por Schoenfeld (uno de los autores con más renombre en el campo del entrenamiento) y colaboradores: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/24714538 . En él se plantea la disyuntiva de si un entrenamiento de fuerza o del tipo de powerlifting presenta más o menos beneficios que un entrenamiento de hipertrofia.

En el estudio se realizó de la siguiente manera:

 Fueron 8 semanas de estudio en el que 17 jóvenes fueron divididos aleatoriamente en dos grupos:

   – El primer grupo entrenó durante esas 8 semanas del modo en el que entrenan los culturistas y con el que se supone se desarrolla más hipertrofia. Realizaban 3 series de 10 repeticiones con intervalos de descanso de 90 segundos.

   – El segundo grupo entrenó durante esas 8 semanas del modo en el que entrenan los powerlifters, es decir, entrenando principalmente la fuerza. Realizaban 7 series de 3 repeticiones con 3 minutos de descanso entre series.

La cantidad y los tipos de ejercicios y la frecuencia y el volumen de entrenamiento que realizaron no se detallan, y son aspectos que, desde nuestro punto de vista, son bastante importantes a la hora de hacer una comparación más exacta.

Al comparar los resultados se observó que la densidad del bíceps braquial no presentaba diferencias en los individuos que habían entrenado del modo de los culturistas y de los que habían entrenado del modo de los powerlifters, es decir, ambos habían obtenido una hipertrofia similar con distintos tipos de entrenamiento. Además, como es lógico, en los individuos que entrenaron del modo de los powerlifters mejoró notablemente su 1 RM (repetición máxima, el máximo peso con el que podrías hacer una repetición, pero no dos, puesto que fallarías) en sentadilla.

Por ello, concluyeron que ambos tipos de entrenamiento promovían una hipertrofia similar pero, en cuanto a eficiencia, el entrenamiento de fuerza o del tipo powerlifting se llevaba el premio puesto que con él se obtenía la misma hipertrofia que con el entrenamiento de culturistas pero además se mejoraba la fuerza.

Como conclusión personal, podemos decir que era de esperar que el entrenamiento de fuerza promoviera las mismas ganancias en cuanto a la sección transversal de los músculos (hipertrofia), solo hay que echar un ojo a los cuerpos de los powerlifters. Esto es debido a que ese tipo de entrenamiento hace reclutar una mayor cantidad de unidades motoras y de fibras musculares en el individuo al tener que vencer pesos submáximos o máximos y, además, es más incidente a nivel nervioso y neuromuscular por lo que promoverá mayores adaptaciones a nivel metabólico.

Con esto no queremos desacreditar completamente el entrenamiento de hipertrofia, éste también conlleva beneficios. Lo más  sensato y prudente sería la periodización del entrenamiento, es decir, programar nuestras sesiones para que «toquemos» ambos tipos de entrenamiento para así beneficiarnos de las ventajas de cada uno y no caer en el estancamiento. Por ejemplo, programar una temporada en la que, durante 6 semanas, entrenemos del modo de powerlifting y las siguientes 6 semanas cambiar a realizar un entrenamiento del tipo de los culturistas (estos periodos son orientativos, cada uno en función de su objetivo, condición física y modalidad deportiva deberá alargar o acortar la duración de cada tipo de entrenamiento).

 

No hay comentarios

Añade tu comentario